Carne Ibérica con salsa de queso

Solomillo ibérico de cerdo al queso

La carne ibérica es una carne muy sabrosa y aromática, pero también es cierto que muchas veces nos apetece añadir una buena salsita de acompañamiento. Por eso, hoy os vamos a dar una deliciosa receta de cómo hacer solomillos de cerdo ibérico con salsa de queso (el que más te guste).

Estamos en plena temporada de bellota, cuando la carne ibérica es aún más sabrosa y de mejor calidad porque proviene de los cerdos de bellota. Por eso, queremos ofreceros una deliciosa receta realizada con esta carne ibérica tan magnífica.

Los quesos que mejor quedan en esta receta son los quesos fuertes tipo queso gorgonzola o cabrales, perfectos porque son muy cremosos. También puedes elegir queso roquefort si te gusta aún más fuerte o queso curado, que también es estupendo en combinación con la carne ibérica.

INGREDIENTES

Dos solomillos de cerdo ibérico Montesierra

Una cuña de queso (al gusto)

20 gramos de mantequilla

500 ml. de nata especial para cocinar

Aceite de oliva

Sal, pimienta y perejil

Patatas fritas para guarnición

MODO DE ELABORACIÓN

Para empezar a elaborar esta receta vamos a ocuparnos de la carne ibérica. Salpimentamos bien los solomillos y les ponemos un poquito de aceite de oliva y las metemos en el horno para que se hagan a unos 190 grados. Vigilamos la carne para que quede al punto.

La salsa es el ingrediente que da la personalidad a este plato, por eso vamos a poner muy cuidado al prepararla. En un cazo a fuego medio vamos a echar la mantequilla. Removemos bien continuamente hasta que esté fundida y entonces echaremos los trocitos de queso (cuanto más pequeños menos tardarán en deshacerse).

Una vez que hayamos conseguido derretirlo y nos quede una salsa de queso, añadiremos la nata poco a poco sin dejar de remover hasta que se integre todo. Si es necesario bajaremos el fuego para que no esté demasiado fuerte.

Para emplatar, lo que vamos a hacer es sacar los solomillos del horno y cortarlos en filetes al gusto. Normalmente, suelen ser del grosor de un dedo aunque pueden ser más gordos o más finos si así los prefieres. Colocamos los filetes en el plato y las patatas fritas. Luego añadiremos la salsa de queso que hemos preparado y espolvoreamos con un poco de perejil picado o cebollino.

Si no vamos a comer el plato inmediatamente, es mejor dejar la salsa en una salsera hasta el último momento.

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