Muchas mamás se preguntan cómo proceder con muchos alimentos de la dieta mediterránea a la hora de dárselos a su bebé. Si bien es cierto que durante los primeros seis meses de vida el alimento más adecuado para un bebé es la leche materna casi en exclusiva, a partir del año ya se deben ir introduciendo otro tipo de alimentos y proteínas, como por ejemplo el jamón ibérico.
En cuanto a la diferencia entre el jamón ibérico y el jamón york o cocido es significativa: el jamón ibérico contiene sal, aunque es un alimento totalmente natural y elaborado sin ningún tipo de aditivo o conservante. En cambio, el jamón york contiene más azúcares, lo que quizá es señal de que se debe esperar un poco más para introducirlo en la dieta de un niño que se encuentra alrededor de un año de vida.
El jefe de Gastroenterología y Nutrición Pediátrica del Hospital Virgen Macarena de Sevilla, Federico Argüelles, lo tiene muy claro: «el jamón curado es un alimento adecuado de alto valor nutritivo para la población pediátrica a partir del año de edad». Además, también añadió que se trata de un «alimento apto para la dieta de un niño desde los primeros años de vida porque es fuente de nutrientes necesarios para un adecuado crecimiento y desarrollo».
El doctor advirtió que «es durante la etapa infantil cuando tiene más importancia cualquier tipo de malnutrición (por exceso o por defecto), ya que puede tener repercusiones tanto a corto como a largo plazo». De esta forma, introducir alimentos como el jamón ibérico a partir de un año es algo muy importante.
Algunas madres se preocupan porque el jamón sea difícil de comer o que los más pequeños se atraganten con él. Por eso, si introducimos el jamón en su dieta desde el primer año, hay que tener cuidado de cortar pequeñas lonchas muy finas o desmenuzarlo de forma que el niño sepa bien cómo comerlo sin ningún problema.
Imagen: xopherlance via Visual hunt / CC BY-NC-ND
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