Manuel Martín Hierro, nació el 7 de Junio de 1927 en Villar de Gallimazo, un pueblo muy pequeño de Salamanca, donde vivió con sus padres Teodoro Martín y Teresa Hierro. Ya desde joven se dedicaba a ayudar en la empresa de su padre “Hijos de Teodoro Martín”. Muy joven se casó con su mujer, María Dolores Álvarez-Cedrón, de Peñaranda de Bracamonte, también en Salamanca. De su matrimonio nacieron tres hijos: Lola, Teodoro y José Manuel Martín.
Don Manuel Martín Hierro y su esposa, María Dolores Álvarez Cedrón
Don Manuel Martín Hierro.
Los orígenes de la empresa Montesierra los encontramos en el siglo XIX de la mano de Teodoro Martín, padre de Manuel. Fue un hombre muy activo que consiguió hacerse con un gran nombre en el negocio del ibérico. Fue una persona muy educada, trabajadora y respetada que se dedicó al negocio de la ganadería y montó una fábrica de jamones y embutidos que luego comercializaba desde El Villar. Al ser el mayor de todos sus hermanos, Teodoro Martín ayudó mucho a los que se dedicaron a trabajar el mismo sector. Es más, de esta familia han surgido cuatro empresas que se dedican a la fábrica y comercialización de jamones e ibéricos.
Además de estar con su padre en la fábrica de jamones, Manuel Martín Hierro se dedicó a otros negocios relacionados con el campo y la ganadería. Heredó de Teodoro el amor por los negocios en este sector. En palabras de su nieta, Loreto Martín, Manuel era “un hombre muy tenaz, trabajador y perfeccionista”.
LOS ORÍGENES DE “MONTESIERRA” EN EL SUR
En el año 1978, Manuel compró un matadero en Jerez dela Frontera y lo puso en marcha. Viendo que podía resultar un buen negocio y en búsqueda de la perfección y la mejora del producto, se fue a vivir a Jerez con su hijo José Manuel, cambiando más tarde el nombre de la empresa a Montesierra. Este nombre surgió del puro origen del jamón: “Monte” porque es donde se cría a los cerdos y “Sierra”, porque ahí es donde se curan los jamones.
Montesierra tuvo una época de expansión, donde además de invertir en Jerez, adquirió una industria en Jabugo (Huelva), dedicándola exclusivamente a la curación de jamones y paletillas, ya que Manuel y su hijo vieron que el producto y su comercialización se desarrollaría mucho mejor desde ahí. Toda la familia se ha dedicado siempre al negocio del jamón, por lo que existe una gran tradición, ya que son cuatro generaciones las que han vivido el negocio desde niños.
Fachada antigua
Vista del patio desde dentro de la fábrica.
Pingback: El 1-2-3 para hacer una cata de jamón ibérico de bellota